Software libre:
Libertad de uso extendida, sin severas restricciones de empleo tras su adquisición.
Creación de una fuerza de trabajo competente.
Creación de conocimiento y cultura popular, lejos de crear desigualdades para el acceso a la información, evitando la aparición de “lobbies” que controlan el acceso a ésta.
Multiplica el número de desarrolladores o verificadores del código, reduciendo así el número de personas que lo “crackean”.
Proporciona el control al usuario.
Prerrequisito necesario para poder garantizar la seguridad de datos e información.
Facilitación de la integración y compatibilidad entre sistemas al usar estándares abiertos.
Detección de fallos y agujeros de seguridad del sistema, que facilita su corrección.
Mayor vulnerabilidad inicialmente al ser de acceso público el código de la aplicación. Este contra está íntimamente ligado al pro anterior, dependiendo de la intencionalidad de quien estudia el código fuente.
Software propietario:
Adquisición de unos derechos de uso determinados acorde con la licencia de turno.
No existe una comprensión del programa por parte del usuario, y carece de oportunidad de personalización a las necesidades propias.
Ausencia de control de la evolución tecnológica, con todo el poder en las empresas que monopolizan el mercado.
No se puede garantizar la seguridad. Al no tener acceso al código la seguridad no puede comprobarse, y es cuestión de la ética de cada empresa particular.
Aumenta el número de personas que intentan penetrar o acceder al código de un programa y modificarlo sin consentimiento (crackers), reduciendo el número de aquellas que lo estudian para mejorarlo en beneficio de la comunidad.
El monopolio lleva al cobro de tasas injustificadas debido a la carencia en la compartición del conocimiento o tecnología empleada.
Se dificulta el acceso y violación de la seguridad por parte de crackers malintencionados, cuyo propósito sea el de comprometer la seguridad y privacidad del sistema y sus usuarios.
El argumento antaño esgrimido de que el software libre tiene una calidad técnica inferior (así como su ayuda, soporte y documentación) se ha quedado obsoleto con el paso del tiempo, como demuestran muchísimos ejemplos, aunque en otras ocasiones sí sea cierto hoy en día. Sin embargo, este hecho es consecuencia sólo de la ausencia de una financiación adecuada, que obstaculiza la intervención de agentes especializados (que inviertan no sólo su tiempo libre en su desarrollo). El software libre es una ideología, que trata de promover el esparcimiento de la cultura y el acceso libre a ella, lejos de ser un mero modelo de negocio que emplean determinadas empresas por que les sea más rentable. Teóricamente ambos luchan por un objetivo común: el bien de la comunidad. Así pues, a nuestro parecer son el matrimonio perfecto para alcanzar el beneficio social deseado. Mientras tanto la realidad es bien diferente y las grandes empresas del mercado tecnológico se reparten y pelean por un trozo del codiciado pastel. Nos gustaría que expresarais vuestras opiniones argumentadas al respecto y así generar un interesante debate. Esperamos que os haya gustado. ¡Hasta la próxima!
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